martes, 27 de noviembre de 2007

Mi compañero Luchador Carlos Valdivieso, candidato a la ANC


Varios años atrás tuve la satisfacción de conocer en la Universidad Católica a Carlos. Inicialmente lo había visto en varias clases y no había tenido la oportunidad de conversar con él o como se decía en aquel entonces: ¨hacernos amigos¨.
Una tarde en el parqueadero de uno de los subsuelos de la universidad, me lo topé, el bajaba de su camioneta con normalidad, yo más bien pensé que tenía problemas para bajar y como buen comedido me acerqué en su auxilio. Saludamos y cuando intenté ayudarle me dijo: - no te preocupes puedo bajar del carro solo, como todo el mundo. Al ver mi expresión que era una mezcla de asombro, dada su pericia y de desconcierto al no saber como comportarme o que decir, me dijo:- te agradezco, todos piensan que los discapacitados no podemos valernos por nosotros mismos, no necesito ayuda, más bien exijo que no me pongan obstáculos. Y acto seguido pronunció:- ahora si ayúdame ya que a alguien se le olvidó unas gradas sin rampa entre el parqueadero y el ascensor. En el trayecto, me comentaba que por suerte no se ha ido la luz, eran la época de los prolongados apagones, ya que por ahorrar la universidad no prende la planta, los ascensores no funcionan y me toca subir por las escaleras cinco pisos, llegar atrasado a clase, por lo que no se me permite entrar, me desigualo, con varias faltas pierdo la materia. Pero que no se han dado cuenta que no es mi culpa que es la culpa de ustedes!, me decía con ironía y con molestia.
Varios años fueron forjando una amistad y un cariño mutuo. El conocer a través de sus vivencias otra forma de percibir el mundo, su valentía, su buen humor, su alegría, su ejemplo de lucha constante ha sido siempre un referente. Con él entendí de mejor manera cuántas barreras y obstáculos nos ponemos entre iguales, cuan expertos voluntaria o involuntariamente somos para catalogar a otros como vulnerables o necesitados, cuan mediocre y hipócritamente solidaria es nuestra sociedad.
Este amigo ha sido un excelente candidato para la asamblea, dedicado luchador, recorrió medio país, se esforzó y consiguió más votos que algunos(as) de los que hoy se ufanan en sus curules. No llegó, no porque haya hecho mal su trabajo, si no debido a que estaba en la posición diez y siete y era muy difícil que nuestro gran motor marca Rafael Correa arrastre la votación hasta ese casillero.
Hoy lo veo en esta foto que la comparto con ustedes, avanzando en una caravana hacia Montecristi, ganándole a la vida, deslizándose por delante de la mismísima bandera que ondea presurosa.
Atrás han quedado la emoción por el triunfo del 30 de septiembre y las lágrimas entre amigos al evidenciar que su imagen si sirvió para ponerlo en un póster propagandístico de la campaña, y que debe de estar colgado en las paredes de muchos hogares como signo de esperanza de cambio, pero que no sirvió para invitarlo a compartir la tarima la noche del triunfo, que nadie fue mínimamente solidario para ayudarlo a subir, que para la foto si pero para el abrazo fraterno, que implicaba algunas molestias, no!.
Si has llegado compañero, con cariño,

Tu amigo, Pato Vela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que grato Carlos verte siempre con este espiritu luchador!